Para el papa Ratzinger, el Sida se vence con ´una humanización de la sexualidad y nuevas formas de conducta´ y no con preservativos.
Del 18 al 20 de noviembre el papa viajará por segunda vez a África, en una visita que le llevará a Benin y que se considera la "segunda parte" de su primer viaje, que estuvo marcado por la polémica generada por sus declaraciones contra el uso del preservativo para luchar contra el Sida.
El objetivo de este segundo viaje es entregar a los prelados africanos el documento final del II Sínodo de Obispos africano celebrado en 2009 en el Vaticano. Ese año se entregó a las conferencias episcopales el "Instrumentum laboris" o documento de trabajo para la preparación del II Sínodo para África.
Desde su inicio, el viaje se vio envuelto por la polémica, después de que Benedicto XVI dijera en el avión que le llevaba desde Roma a Yaundé que el Sida "no se combate sólo con dinero, ni con la distribución de preservativos, que, al contrario, aumentan el problema".
El sida, según el papa Ratzinger, se vence con "una humanización de la sexualidad y nuevas formas de conducta".
Sus palabras, en un continente donde 27 millones de personas están contagiadas con el virus del sida, fueron duramente contestadas desde varios países occidentales, que subrayaron que el preservativo es un elemento fundamental para prevenir la transmisión de la enfermedad.
La polémica sobre el sida dejó en un segundo plano sus duras denuncias sobre la situación de África, que dijo, está "en peligro" debido a personas "inmorales sin escrúpulos que intentan imponer el reino del dinero despreciando a los más indigentes".
El II Sínodo para África se celebró en el Vaticano en octubre de 2009 con la asistencia de 244 obispos, que hicieron público al final un mensaje en el que reiteraron que el Sida se combate con la castidad y la fidelidad, y no con preservativos.
Los prelados hicieron 57 propuestas al papa para que preparase con ellas el documento final, que les entregará ahora en Benin. Ahi se hace un llamamiento para que cesen las guerras y reclamaron que los enfermos de Sida africanos reciban tratamientos de la misma calidad que en Europa.
Al mismo tiempo, se abogó por ayudar a las parejas de contagiados de sida "para que tomen las medidas justas, con plena responsabilidad para el bienestar recíproco, la unión y la familia".
En esa frase, observadores vaticanos vieron una "pequeña apertura" de la Iglesia africana al uso del preservativo en los matrimonios en los que uno de sus miembros está contagiado y rechaza no mantener relaciones sexuales.
EFE
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