El jefe del Programa de Cultivos del INIA en el Cusco, Rigoberto Estrada, explicó que la saponina en si es el protector natural de la quinua ante posibles plagas.
Las bondades de la quinua, el grano de oro de los andes, son muchas y muy sorprendentes pues hasta la sustancia amarga que la cubre, llamada saponina, tiene ahora una utilización comercial en la industria cosmética y de jabones y detergentes y, en un futuro, en farmacia.
Luego de ser cultivado, el tallo de la quinua es secado para quitar totalmente la humedad y sometido al trillado para separar los granos. Posteriormente, los granos son escarificados en una máquina especial, es decir que se les procesa frotándolos entre si para quitarle la cáscara que es la saponina.
Todo este procedimiento da como resultado un polvillo que podría ser catalogado como residuo si no fuera por sus múltiples propiedades, las que ahora son aprovechadas en la fabricación de diversos productos.
El jefe del Programa de Cultivos del INIA en el Cusco, Rigoberto Estrada, explicó que la saponina en si es el protector natural de la quinua ante posibles plagas.
Por eso, el polvillo que queda luego del proceso mencionado es usado también como insecticida natural contra los pulgones de las hojas de hortaliza.
Y por si eso fuera poco, los restos de los tallos de la quinua, mezclados con harina de pescado, también ya son usados en la elaboración de alimento para el ganado vacuno en Arequipa, lo que hace de este grano andino una verdadera bendición.
Andina
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