Sting mantuvo distancia con la fanaticada peruana

El cantante Sting aterrizó en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, el pasado lunes 21 de febrero; dos días antes del show que presentará en la explanada del Estadio Monumental.

El músico británico pisó por primera vez territorio peruano, aproximadamente a las 10:30 de la noche, luciendo bastante relajado, con unos pantalones jeans oscuros, un polo de color gris y una chompa negra de cuello en v; frente a una audiencia de menos de 20 personas, entre admiradores, curiosos y periodistas.

Tras un recibimiento accidentado, pues se desconocía con exactitud los detalles del arribo del cantante, el ganador del premio Grammy salió del terminal aéreo, acompañado por su manager y un par de agentes de seguridad.

Aunque los pocos fanáticos del ex líder de la banda The Police gritaban su nombre incansablemente por un autógrafo, Sting apenas se animó a alzar un par de veces su mano derecha, en señal de saludo, antes de abordar el automóvil que esperaba por él para trasladarlo a Miraflores.

Lo mismo se repitió una hora después, cuando una decena de fans y solo dos fotógrafos vieron al cantante ingresando al hotel Marriott -donde se hospedará hasta el día de su primera presentación en un escenario peruano-, sin que se anime a brindar declaraciones o saludar al público, más que con un gesto de brazos y una sonrisa tímida.

Minutos después, miembros de la producción explicaron a la prensa que Sting -quien lucía bastante cansado por el vuelo desde Nueva York- había pedido una llegada tranquila y discreta, a pesar de la gran expectativa por su arribo al Perú.

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