El dar apoyo a los demás a través del servicio voluntario da recompensas, se traduce en salud física y mental, así lo ha comprobado la ciencia.
La lectura científica de las personas que realizan el servicio de voluntariado estaba asociada a una necesidad de supervivencia, según los postulados de la biología evolutiva. Pero tras años de investigación, se habla de un poder estimulante que puede ayudar a vivir más tiempo a quien presta ayuda gratuita.
El psicólogo peruano Fernando Lamas explica que esta labor desinteresada es una forma de desarrollar inmunidad contra el estrés, la depresión o enfermedades cardíacas, entre otros males. Se traduce en bienestar para la mente y el cuerpo.
"Dedicar tiempo de nuestra vida, utilizarlo en función a algo que nos va a ser sentir plenos y útiles, al margen de una compensación económica, es algo que va a tener incidencia directa en la salud”.
Además, siempre es saludable utilizar nuestra energía. “Desarrollar una actividad voluntaria nos hace dejar nuestro escritorio y la comodidad de casa para salir a buscar algo que nos va a hacer más felices”.
En un voluntariado también encontramos a personas que comparten el mismo objetivo, eso ayuda a fomentar nuestras habilidades sociales, tener un propósito y lograr la plenitud.
Dos historias
Doña Carmela Mariátegui tiene 75 años, y 30 de ellos, los lleva siendo una dama voluntaria en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN). Ella siente que el servicio al enfermo, ayudando a surtir una receta de medicamentos, y el brindar apoyo emocional, le ha dado un crecimiento espiritual que no tiene precio. "El dolor es un grandísimo maestro, es una enseñanza ver el comportamiento de los pacientes y sus familias, nos hace sentir que podemos ser mejores también".
Podemos vivir más gracias a nuestra capacidad de cuidarnos unos a otros, según la ciencia. Diana Tinco descubrió ese camino y fue así que nació la 'doctora Piki', una payasita hospitalaria que lleva una inyección de alegría a los enfermos de cáncer del INEN. "Este camino que he seguido me ha llevado a descubrirme más, a respetarme, a quererme. Te das cuenta que tus problemas no son nada frente a las dolencias de otras personas enfermas".
Estos ejemplos vivientes nos comprueban que al ayudar a los demás también nos ayudamos a nosotros mismos. La recompensa puede ser una vida más plena y feliz.
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