El sueño es fundamental para nuestra salud, pero muchas veces lo descuidamos sin darnos cuenta de sus consecuencias. La falta de descanso no solo afecta nuestro estado de ánimo, sino que también puede tener repercusiones en nuestro cuerpo a nivel físico y mental.
El médico neurólogo Alejandro Calvo destacó en el programa Encendidos la relevancia del sueño como uno de los momentos más cruciales en la vida. Durante el descanso nocturno, ocurren procesos vitales de reparación en el organismo, como la recuperación de los tejidos, la restauración de los músculos y el metabolismo hepático. Si una persona no duerme de manera adecuada, estas funciones no se llevan a cabo de manera eficiente, lo que puede afectar su salud a nivel físico y mental.
El sueño también desempeña un papel esencial en los procesos de aprendizaje y memoria. Según el doctor Calvo, mientras dormimos, se lleva a cabo la consolidación de la información adquirida a lo largo del día. Este proceso es fundamental para afianzar los recuerdos y mejorar las capacidades cognitivas. Sin un sueño adecuado, el cerebro no puede almacenar correctamente la información, lo que dificulta el aprendizaje y la retención de conocimientos.
El impacto de la falta de sueño no solo afecta la memoria, sino también otras áreas del rendimiento diario. El ejemplo de un escolar muestra cómo un descanso insuficiente puede perjudicar no solo la capacidad de recordar, sino también la concentración, la atención y el estado de ánimo. En el corto y largo plazo, la privación del sueño tiene efectos negativos en diversas funciones cognitivas y emocionales, lo que subraya la importancia de mantener una rutina de sueño adecuada para el bienestar general.
Durante el sueño, no solo se llevan a cabo reparaciones celulares, sino que también se consolidan las conexiones neuronales en el cerebro, lo que es fundamental para el aprendizaje. Este proceso afecta no solo la información académica, sino también habilidades más complejas como caminar y la interacción social. El Dr. Alejandro Calvo subraya que sin un sueño adecuado, estos aprendizajes no se consolidan de la misma manera, lo que impide que el cerebro mantenga y fortalezca las habilidades y conocimientos adquiridos, afectando así nuestro desempeño diario.
Además, advierte que la falta crónica de sueño puede tener efectos perjudiciales en varios sistemas del cuerpo, particularmente en el neurológico. El descuido del sueño no solo afecta el cerebro, sino también puede afectar a largo plazo el sistema inmunológico, endocrinológico y cardiovascular. La privación continua del descanso adecuado debilita la capacidad del cuerpo para funcionar correctamente, lo que aumenta el riesgo de enfermedades.
Cuando una persona no puede mantener el sueño de manera constante, es fundamental investigar las posibles causas subyacentes, indica el médico neurólogo. Enfermedades como la artritis o el cáncer, que provocan dolor, pueden interrumpir el sueño, ya que el malestar físico impide que la persona descanse adecuadamente. Otro factor que también influye en la falta de sueño es la ansiedad, que en algunos casos puede hacer que la persona se despierte a mitad de la noche y sienta la necesidad de levantarse para ir al baño.
Un aspecto clave en este tema es la higiene del sueño, que se refiere a los hábitos y condiciones que favorecen un descanso reparador. Factores como tener horarios irregulares, una cama incómoda o el consumo de estimulantes antes de dormir pueden afectar la calidad del sueño. Además, es importante destacar que, si alguien no duerme bien una noche, la deuda de sueño no debe compensarse durmiendo durante el día, ya que esto podría alterar el ciclo de sueño y evitar que se duerma bien la siguiente noche. El médico neurólogo sostiene que el descanso nocturno debe ser la prioridad para mantener una rutina de sueño saludable.
En ocasiones, las personas que no logran dormir durante la noche experimentan una disminución de la necesidad de sueño durante el día, lo que puede ser confuso. Esto es común en personas que sufren de ansiedad, ya que el estado de alerta elevado por la preocupación constante disminuye la sensación de fatiga. La ansiedad genera un ciclo de alerta constante, como si la persona estuviera esperando un resultado importante, lo que hace que el cuerpo se mantenga en un estado de tensión. Como resultado, la persona no puede relajarse ni de día ni de noche, lo que agrava aún más los problemas de sueño.
Por lo tanto, es crucial abordar el tratamiento de los trastornos del sueño de manera integral, sin limitarse únicamente a intentar que la persona duerma. El objetivo no debe ser simplemente dormir, sino identificar y tratar las causas subyacentes del insomnio. Si bien los medicamentos hipnóticos pueden ofrecer alivio temporal, no solucionan el problema de fondo. Para lograr un descanso reparador, es necesario abordar la causa raíz, ya sea el dolor, la ansiedad u otros factores, y manejar la situación de manera adecuada.
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