A partir de abril de 2025, Brasil requerirá visa a ciudadanos estadounidenses para turismo y negocios. Conoce los costos, requisitos y tiempos para planificar tu viaje sin contratiempos.
A partir del 10 de abril de 2025, Brasil implementará nuevamente el requisito de visa para ciudadanos estadounidenses que deseen visitar el país. Este cambio marca el fin del acceso sin visado que había estado vigente desde 2019. A continuación, te explicamos qué necesitas saber para planificar tu viaje.
¿Quién necesita la visa y cómo solicitarla?
La visa será obligatoria para estadounidenses que ingresen a Brasil por turismo y negocios. Para solicitarla, debes realizar el trámite en línea a través del sistema de visado electrónico brasileño.
El proceso incluye llenar un formulario, pagar la tarifa correspondiente, y presentar documentos como pasaporte válido (con al menos seis meses de vigencia), foto reciente, itinerario de viaje y, en algunos casos, pruebas de solvencia económica o carta de invitación.
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Costo y tiempos de procesamiento de la visa brasileña
Aunque las tarifas exactas para 2025 aún no han sido anunciadas, se espera que ronden los U$D 80.90. El tiempo de procesamiento puede variar entre 5 y 10 días hábiles, dependiendo de la carga de solicitudes.
Este cambio busca restablecer la reciprocidad en las políticas de visado, ya que Estados Unidos también requiere visa para los ciudadanos brasileños. Si planeas viajar a Brasil en 2025, es importante informarte y preparar tu solicitud con antelación.
¿Por qué los estadounidenses necesitan una visa para viajar a Brasil?
Desde 2019, Brasil había eliminado temporalmente la visa para turistas y visitantes de Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia, con el objetivo de fomentar el turismo y facilitar el ingreso a los viajeros de estos países.
Sin embargo, durante este periodo, Brasil no obtuvo reciprocidad, ya que los ciudadanos brasileños continuaron enfrentando el requisito de visa para ingresar a esos países, incluyendo Estados Unidos.
El gobierno brasileño, bajo la administración actual, considera que restablecer la visa asegura un trato justo y equilibrado entre ambas naciones, alineándose con su política exterior de reciprocidad. Además, el cambio refleja una reevaluación de las prioridades diplomáticas, buscando garantizar que las políticas migratorias sean equitativas y mutuamente respetuosas.
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