Al solicitar una visa para ingresar a Estados Unidos, debes elegir la categoría del documento dependiendo del motivo de tu viaje, tiempo de permanencia, entre otros factores.
Una de las modalidades principales para ingresar a Estados Unidos si eres extranjero es a través de la visa americana. Sin embargo, existen diversas categorías al solicitar el documento, las cuales se clasifican principalmente en dos grupos: visas de inmigrante y visas de no inmigrante.
Cada una de ellas tiene propósitos específicos y requisitos particulares para quienes desean ingresar al país. A continuación, te presentamos tres diferencias clave entre ambas.
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Visa de inmigrante vs. visa de no inmigrante
Propósito del viaje
- Las visas de inmigrante están destinadas a personas que planean establecerse de manera permanente en Estados Unidos. Esto incluye aquellas que buscan la residencia permanente, también conocida como Green Card, ya sea a través de empleo, familia, o programas de refugio.
- Por otro lado, las visas de no inmigrante son para personas que planean quedarse de manera temporal en el país. Estas incluyen visas de turismo (B-2), negocios (B-1), estudios (F-1), o trabajo temporal (H-1B).
Duración de la estancia
- Con una visa de inmigrante, una persona puede permanecer indefinidamente en Estados Unidos y eventualmente solicitar la ciudadanía.
- En cambio, las visas de no inmigrante tienen una duración limitada. Generalmente, las estancias varían entre meses y algunos años, dependiendo del tipo de visa y los términos específicos de la misma.
Proceso de solicitud
- El proceso para obtener una visa de inmigrante es más complejo y largo, e implica la aprobación del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. (Uscis, por sus siglas en inglés) y el procesamiento consular.
- Las visas de no inmigrante suelen ser más rápidas de obtener, aunque también requieren cumplir con requisitos específicos de acuerdo con la categoría solicitada.
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