No pierde un segundo el feroz Vladimir Putin.
Desde el Kremlin, mientras circulan por la red rumores de que está enfermo y mientras sigue bombardeando objetivos en Ucrania, urde planes.
Y cada vez más intrigantes.
Este 29 de marzo de 2025, el presidente ruso ha lanzado una propuesta sorprendente que podría cambiar el rumbo de la guerra entre rusos y ucranianos.
En un movimiento que ha sacudido el tablero geopolítico, Putin ha sugerido reemplazar al gobierno de Volodímir Zelenski por una administración temporal auspiciada por la ONU y Estados Unidos, con el objetivo de celebrar elecciones y negociar un acuerdo de paz.
«Sería posible debatir la posibilidad de introducir una gestión temporal en Ucrania bajo los auspicios de la ONU con Estados Unidos, países europeos, nuestros socios y amigos».
Putin argumenta que este gobierno interino serviría para «celebrar elecciones democráticas, instaurar un gobierno viable que goce de confianza popular y, posteriormente, iniciar negociaciones para un tratado de paz».
Esta propuesta llega en un momento crítico del conflicto, cuando la guerra se acerca a su cuarto año y las tensiones entre Rusia y Occidente siguen en aumento.
Putin ha justificado su idea citando precedentes históricos, como las administraciones temporales en Timor Oriental, Papúa Nueva Guinea y algunas regiones de la antigua Yugoslavia.
Reacciones internacionales
La respuesta internacional a la propuesta de Putin ha sido rápida y variada:
- Estados Unidos: Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca ha rechazado la idea, afirmando que la gobernanza de Ucrania está determinada por su Constitución y sus ciudadanos.
- Ucrania: Aunque la oficina del presidente Zelenski no ha comentado oficialmente la propuesta, se espera una respuesta negativa dado el historial de desconfianza entre Kiev y Moscú.
- Unión Europea: Varios líderes europeos han expresado escepticismo, considerando la propuesta como un intento de Putin de socavar la soberanía ucraniana.
El factor Zelenski
La propuesta de Putin parece ser un intento directo de deslegitimar a Zelenski, a quien el líder ruso considera que ha permanecido en el poder más allá de su mandato de cinco años.
Las elecciones en Ucrania debían haberse celebrado en mayo de 2024, pero la ley marcial vigente desde el inicio de la invasión rusa ha impedido su realización.
En este contexto, es importante mencionar las recientes declaraciones de Zelenski sobre Putin.
El presidente ucraniano ha afirmado que «Putin morirá pronto y la guerra en Ucrania terminará». Estas palabras reflejan la tensión extrema entre ambos líderes y la convicción de Zelenski de que el conflicto solo terminará con la salida de Putin del poder.
Implicaciones para el futuro de Ucrania
La propuesta de Putin plantea varias cuestiones cruciales:
- Legitimidad del gobierno actual: ¿Cómo afectaría un gobierno interino a la percepción internacional de la legitimidad de Ucrania?
- Proceso electoral: ¿Es factible celebrar elecciones libres y justas en un país parcialmente ocupado y en guerra?
- Negociaciones de paz: ¿Podría un nuevo gobierno, surgido de este proceso, negociar efectivamente con Rusia?
- Papel de la comunidad internacional: ¿Cómo se involucrarían la ONU y otros actores internacionales en este proceso?
¿ENFERMO PUTIN?
Los rumores sobre la ‘enfermedad‘ de Putin han circulado durante años, pero recientemente han sido reavivados por declaraciones de Zelensky.
En una entrevista con Eurovision News el pasado miércoles 26 de marzo de 2025, el presidente de Ucrania afirmó que el líder ruso «morirá pronto» y que «eso es un hecho», sugiriendo que el ruso enfrenta graves problemas de salud.
Aunque Zelensky no presentó pruebas concretas, sus palabras han intensificado las especulaciones que ya existían sobre el estado físico del dueño del Kremlin.
Estas especulaciones no son nuevas.
Desde el inicio de la invasión a Ucrania en febrero de 2022, se han señalado incidentes que alimentan las teorías: Putin ha sido visto en ocasiones con temblores, agarrándose de mesas, caminando con dificultad o mostrando una postura rígida en apariciones públicas, como en reuniones con su ministro de Defensa, Sergei Shoigu, o durante eventos como el Día de la Victoria.
Entre las enfermedades que se le han atribuido están el cáncer (de páncreas, tiroides o próstata), la enfermedad de Parkinson y problemas cardiovasculares, incluidos rumores de un posible paro cardíaco en octubre pasado.
Algunos analistas y excolaboradores, como Abbas Gallyamov, han apuntado a signos como temblores involuntarios o rigidez, mientras que fuentes no confirmadas han hablado de tratamientos médicos intensivos.
Sin embargo, el Kremlin ha negado sistemáticamente estas afirmaciones.
El portavoz Dmitri Peskov ha calificado los rumores como «bulos» y asegura que Putin goza de buena salud, destacando sus apariciones públicas como evidencia.
La falta de transparencia oficial sobre la salud del líder ruso ha contribuido a que estas teorías persistan, aunque no hay pruebas concluyentes que las respalden.
Por ejemplo, en 2023, el jefe de la CIA, William Burns, afirmó que no había evidencia de que Putin estuviera enfermo, sugiriendo que estaba «demasiado sano«.
Las declaraciones de Zelensky se producen en un momento clave, mientras negocia con líderes europeos en París para avanzar hacia un alto el fuego con Rusia.
Algunos interpretan sus palabras como una estrategia para presionar psicológicamente a Moscú o proyectar debilidad en el liderazgo ruso, especialmente al pedir a Estados Unidos que no alivie el aislamiento internacional de Putin.