Después de 46 años aislado, Robert Maudsley se niega a comer hasta recuperar sus objetos personales, entre ellos la consola, que le ayudaban a mantener su cordura.
Robert Maudsley, considerado el preso más peligroso de Reino Unido y apodado "Hannibal el Caníbal", ha iniciado una huelga de hambre tras la confiscación de sus pertenencias personales en la prisión de máxima seguridad de Wakefield, donde permanece recluido en una celda de cristal durante 23 horas al día.
Según reveló su hermano Paul Maudsley, de 74 años, en una entrevista exclusiva al periódico Mirror, el recluso de 71 años se niega a ingerir alimentos desde el viernes pasado después de que los guardias le quitaran objetos que considera fundamentales para su bienestar mental: una PlayStation, televisor, libros de no ficción y un sistema de música.
"Bob está encerrado en una prisión dentro de la prisión", explicó Paul, quien manifestó su preocupación por el estado de su hermano. "Él se quejó y normalmente es educado, pero los oficiales lo acusaron de ser abusivo. Cuando finalmente regresó a su celda, se habían llevado todo".
El incidente habría sido desencadenado por un "ejercicio operativo" realizado en Wakefield el 26 de febrero, cuando la prisión entró en modo crisis tras reportes de que un hombre habría introducido un arma de fuego. Aunque la mayor parte del centro penitenciario volvió a la normalidad después del operativo, la sección donde se encuentra Maudsley permaneció intervenida por varios días.
Robert Maudsley ostenta el récord mundial de confinamiento solitario, separado del resto de la población carcelaria durante casi 46 años. Su historia comenzó en 1974, cuando fue encarcelado a los 21 años por el asesinato de John Farrell, un abusador de menores de 30 años. Sin embargo, durante su tiempo en prisión, Maudsley mató a tres hombres que, según él, eran violadores y pedófilos, lo que llevó a las autoridades a aislarlo completamente.
En 1983, después de que el personal penitenciario, incluidos los barberos, se negara a atenderlo a solas, se construyó una celda especial para él en Wakefield. Este espacio de aproximadamente 5.5 por 4.5 metros, con paredes de vidrio, se ha convertido en su hogar durante más de cuatro décadas. El propio Maudsley alguna vez comparó su celda con "estar enterrado vivo en un ataúd".
La familia de Maudsley está especialmente preocupada porque los objetos confiscados eran cruciales para mantener su estabilidad mental. "Está volviendo a como estaba hace 10 años, cuando no tenía nada para estimularlo y simplemente se sentaba allí, vegetando y en peligro de volverse loco", señaló su hermano. "Le encanta jugar juegos de guerra y ajedrez en su PlayStation, siempre está viendo películas antiguas en la televisión y leyendo libros de hechos. Son tan importantes para él, no es justo quitárselos sin una buena razón".
Tras la muerte del asesino de los páramos Ian Brady en 2017, quien cumplió 51 años en prisión, Maudsley se convirtió en el prisionero británico que más tiempo ha permanecido encarcelado. El Ministerio de Justicia ha declinado hacer comentarios sobre su situación actual y las razones específicas de la confiscación de sus pertenencias.
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