¿El Estado debe financiar a los partidos políticos?

Mientras en el Congreso de la República está en debate la reforma electoral y el financiamiento de los partidos políticos como uno de sus aspectos fundamentales, el analista político Diethell Columbus advierte que la ciudadanía debe tener en cuenta que los partidos son la base del sistema democrático. “Eso te dice la importancia de su existencia, su permanencia y la necesidad de fortalecerlos. Se debe tener en cuenta que la democracia cuesta”.

Percy Medina, de IDEA Internacional, dice que si bien se entiende la resistencia de la ciudadanía a que el Estado financie los partidos, es completamente necesario. “Es indispensable tener recursos para hacer política. Es mejor que ese dinero venga del Estado, de las contribuciones de todos, ante que de donantes privados, que lo que quieren es comprar poder o, peor aún, que pudieran venir del crimen organizado: el narcotráfico, la tala ilegal, la minería ilegal.

Vigilar y castigar. Al revisar el financiamiento privado de los partidos en el Perú, Columbus privilegia la penalización de las infracciones frente a la prohibición de los aportes. “La solución no es prohibir aportes de empresas privadas. Se puede hacer, pero una salida mucho más interesante sería penalizar esas conductas. Las irregularidades al declarar los fondos que se reciben tienen que ser constituidos como un ilícito penal”

Para Medina, la solución a esta discusión no pasa por prohibir, sino por limitar los aportes privados. “La legislación actual establece límites a las donaciones individuales, no se puede dar más de cierta cantidad al año. La manera de limitar la influencia del financiamiento privado no es prohibiéndolo, eso es imposible”.

¿Financiamiento público para los partidos? ¿Prohibición de aportes privados? Nos quedamos con la reflexión final de Medina. “Una de las discusiones es cómo se debe financiar la política. El dinero es indispensable en la campaña electoral. Hoy no se puede hacer una sin recursos económicos. Lo importante es que estos estén controlados, que la democracia controle el dinero y no al revés”.