Situación insostenible. La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) pidió a Nicolás Maduro que renuncie al poder que ejerce «de forma ilegítima» y se elija en el menor tiempo posible a «un nuevo Presidente de la República».
«Ante la realidad de un gobierno ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo, una vuelta a la Constitución. Ese cambio exige la salida de quien ejerce el poder de forma ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo Presidente de la República», expresaron los obispos en una exhortación emitida el 11 de julio de 2019, al término de su Asamblea Ordinaria.
En su documento, los prelados analizaron la realidad venezolana de los últimos años, agravada por la crisis y la emigración de millones de personas, y citaron el informe que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos emitió el pasado 4 de julio sobre el país.
En este, la ONU advirtió que «durante más de un decenio, Venezuela ha adoptado e implementado una serie de leyes, políticas y prácticas que han restringido el espacio democrático, debilitado las instituciones públicas y menoscabado la independencia del poder judicial»; permitiendo al Gobierno «cometer numerosas violaciones de los derechos humanos».
El informe del Alto Comisionado también señaló que existen razones para creer que las fuerzas de seguridad cometieron «ejecuciones extrajudiciales» contra personas que salieron a protestar, además de detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos.
«Ejemplo de estas violaciones al estado de derecho son las recientes actuaciones de órganos del Estado que condujeron a la muerte del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo y la pérdida de la visión del joven Rufo Chacón, hechos que ya fueron condenamos enérgicamente por la Comisión de Justicia y Paz de esta Conferencia», apuntó la CEV.
El importante documento de la Iglesia católica también alertó del «éxodo de más de un 12% de la población venezolana», calculada en 32 millones de habitantes, debido a «la situación política, el empobrecimiento de la clase media y el menosprecio de los pobres». «Una generación de niños y niñas no han visto a sus padres durante meses», lamentaron los obispos.
Ante esta crisis, con el deterioro moral de la sociedad, violencia, mentira, corrupción, irresponsabilidad y desesperanza, la CEV reiteró que es necesario un profundo cambio que exige la salida del actual régimen y la elección de un nuevo presidente.
Los prelados detallaron que para que los comicios sean libres se necesita «un nuevo Consejo Nacional Electoral imparcial», la supervisión de organismos internacionales como la ONU, la OEA y la Unión Europea; el cese de la Asamblea Nacional Constituyente instaurada por el régimen de Maduro, entre otras medidas.
Asimismo, pidieron el urgente ingreso masivo y distribución de alimentos y medicinas para asistir a la población, afectada desde hace unos años por la escasez. Indicaron que la Iglesia, a través de sus instituciones, «renueva su compromiso de participar, junto a otras organizaciones, en la recepción y distribución de esta ayuda humanitaria».
Los obispos recordaron a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Policía y Ministerio Público, su deber «obrar conforme a la justicia y la verdad, y no al servicio de una parcialidad política».
La CEV dijo que para contribuir a la renovación nacional, «reiteramos nuestro compromiso como Iglesia de seguir fortaleciendo la fe en Jesucristo que sana y libera, y llevando esperanza a nuestro pueblo, a través del desarrollo de programas de formación y organización que permitan la defensa de los derechos humanos, la recuperación de la institucionalidad democrática y la reconstrucción del país de una forma pacífica».
Los obispos dieron las gracias a los sacerdotes, religiosos y laicos que se esfuerzan por «mantener viva la esperanza y profundizar la evangelización del pueblo venezolano», así como por atender a los más vulnerables.
También agradecieron el apoyo de los países que acogen a los venezolanos migrantes.
Finalmente, reiteraron su llamamiento a seguir rezando por Venezuela «y trabajar con confianza por el bienestar de nuestro país». «¡Dios es nuestro auxilio! Pedimos la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto por esta noble causa», concluyeron los prelados.