El pescador peruano contó en Espacio Vital de RPP que en su embarcación llevaba provisiones solo para dos semanas, por lo que, al quedarse sin comida, se vio obligado a alimentarse de aves y, en algunos casos, de cucarachas.
El pescador peruano, Máximo Napa Castro, contó en RPP cómo logró sobrevivir durante más de 90 días en altamar, luego de que un temporal desviara su embarcación y quedara a la deriva tras zarpar del puerto de San Juan de Marcona, en Ica.
El hombre de 61 años, quien embarcó el 7 de diciembre del 2024 para atrapar huevera, relató que en su navío solo llevaba comida para dos semanas, tiempo que pensaba permanecer en aguas profundas.
En diálogo con el programa Espacio Vital, el hombre de mar señaló que en un momento de desesperación producto de la sed llegó a tomar agua oxigenada durante varios días.
Relató también que, al estar a punto de agotar todas sus provisiones, se preparaba para regresar a tierra, pero el motor de la embarcación sufrió una falla, dejándolo a la deriva, lo que marcó el inicio de su calvario.
“Confiaba en que aparezca una embarcación para que me lleve a tierra, pero nunca encontré nada, nunca me contestaron por radio”, dijo.
“Me sobró un poco de arroz, de galletas, agua, allí comencé a racionar todo, más o menos me quedó para cinco días. Dos días comía, dos días no comía, así sucesivamente hasta que se acabó todo”, mencionó.
Se alimentó de cucarachas y de aves
Ante la falta de alimentos, Máximo Napa explicó que su instinto de supervivencia prevaleció, lo que lo llevó a recurrir a comer cucarachas.
“Ya había metido en un pomo unas 35 cucarachas, me acuerdo de que cada día comía cuatro. A la hora que se tiene hambre, uno no cree en nada. Juntaba agua de lluvia en una olla y una tetera”, señaló.
Añadió que, cuando se acabaron estos insectos, "comencé a comer pájaros de altamar".
El pescador narró que los piqueros, una especie de ave similar a la gaviota, descansaban en la proa de su barco y aprovechaba esos momentos para cazarlos.
Asimismo, relató que, pocos días antes de ser rescatado, después haber permanecido tres meses a la deriva, sintió que su vida estaba por terminar debido a la deshidratación y la falta de alimentos.
Sin embargo, logró resistir un poco más tras capturar una tortuga de la cual se alimentó.
“Cuando bebí su sangre sentí desde mis pies como me subía algo caliente en todo mi ser, recobré un poco la vida”, afirmó.
Finalmente, Máximo Napa fue encontrado en mar ecuatoriano por un buque de ese país el pasado 11 de marzo en estado crítico, a 558 millas náuticas (unos 1.000 kilómetros) de las costas de las que había zarpado.
Posteriormente, el pescador llegó a Lima el 15 de marzo, procedente de Piura, ciudad a la que fue trasladado tras su rescate. Allí recibió el alta médica luego de permanecer en observación en el Hospital Nuestra Señora de las Mercedes de Paita.
Al llegar al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, Napa fue recibido por sus familiares, entre ellos su hija, quien le brindó un efusivo abrazo de bienvenida. El sobreviviente expresó su deseo de reencontrarse con su madre y señaló que los médicos le han confirmado que se encuentra estable.
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