ESdiario
ESdiario .

César Sinde

Alquilar no es especular

Manifestación en Madrid en protesta por la subida de los alquileres de la vivienda.Matias Chiofalo

Creado:

Actualizado:

Acusar de especular con la vivienda a quien ofrece un piso en alquiler es una de las muchas afirmaciones pueriles y demagógicas que tenemos que soportar por parte de la izquierda y la extrema izquierda. Han llegado a inventar todo tipo de relatos falaces y falsarios para esconder su responsabilidad en el precio desorbitado de los alquileres. Y el común denominador de todo ese imaginario es la criminalización de los propietarios de vivienda.

Esta salvaje campaña de criminalización de los propietarios de vivienda, sean particulares o empresas, trata de distraer la atención de la responsabilidad exclusiva del Gobierno en el disparado precio de los alquileres. Ya en el año 2019, el actual Ejecutivo introdujo cambios legales en contra de los propietarios: alargar la duración de los contratos de alquiler de 3 a 5 años cuando el propietario es particular y hasta los 7 años si el dueño del inmueble alquilado es una empresa. Puede que esto beneficie a los inquilinos, pero perjudica a los propietarios. Por tanto, con esta medida, ya se está restando atractivo a alquilar una casa porque tienes que tenerla en alquiler más tiempo aunque no quieras.

En junio de 2020 y con la excusa de la pandemia, se aprobó un real decreto que ha sido recientemente prorrogado hasta diciembre de 2025, por el que se prohíben los desalojos de inquilinos presuntamente vulnerables. Una imposibilidad de recuperar la vivienda para los propietarios que fue sistematizada en mayo de 2023 con la aprobación de la Ley de Vivienda. Se ha legalizado la inkiokupación mediante el concepto de la “vulnerabilidad” del inquilino. Con esta disposición legal, los caseros que no cobran el alquiler deben demostrar la no vulnerabilidad del inquilino, alargando los procesos judiciales una media de 10 meses.

Semejante atropello a los derechos de los propietarios ha provocado una caída en la oferta de pisos para alquilar sin precedentes. Es la consecuencia directa de desproteger a los dueños de los inmuebles. Cada vez menos propietarios se arriesgan a alquilar sus pisos en estas condiciones. Según los datos de Idealista, las viviendas ofrecidas para alquilar han caído un 35% de media en toda España, mientras que en ciudades como Barcelona, la caída llega al 75% de la oferta.

El último dato más demoledor de los resultados de las políticas del Gobierno contra los propietarios de vivienda lo hemos conocido este mismo mes de enero. Según datos de Fotocasa, el precio de la vivienda en alquiler subió un 15% interanual en el mes de enero, el mayor repunte registrado desde agosto de 2018. Tras este nuevo incremento, el precio del alquiler arrancó el año en una media de 13,55 euros el metro cuadrado al mes, lo que implica que alquilar una vivienda de 80 metros cuadrados ya cuesta 1.084 euros de media, un nuevo récord.

Vistos los resultados de estas medidas draconianas en contra de los propietarios, la izquierda y la extrema izquierda han desplegado todo un argumentario falaz en contra de los tenedores de las casas para distraer la atención de los problemas reales del alquiler: la absoluta indefensión de los caseros. Atacar a los que ofrecen un bien en el mercado no sólo no consigue aumentar la oferta de ese bien sino que la reduce.

Entre las muchas consignas ideológicas, destaca la de pretender que no se pueda comprar vivienda si no se va a vivir en ella. Esto sería equivalente a prohibir comprar comida a quien no la va a cocinar para sí mismo, por lo que los restaurantes deberían cerrar y dejar de “especular con un bien básico como es la comida”. Absurdo ¿verdad?

Si a la extrema izquierda le diera por criminalizar a los restaurantes y empezase a repetir cansina y machaconamente consignas contra la ‘venta especulativa de alimentos en salones capitalistas’ todo el mundo se partiría de la risa y sentiría lástima por semejantes indigentes argumentales.

"Aparta tus recetas de mis tetas"

Imaginen manifestaciones contra los restaurantes con frases tan pintorescas como “restauradores-especuladores”, “contra tu carta mi pancarta”, “restauración-explotación”, “comida restaurada, comida robada”, “tu restaurante es mi hambre”, o ya incluso si participasen las feministas podemitas de cuota, poltrona y subvención podríamos ver pancartas con perspectiva de género en contra de los “machistas especuladores de alimentos” con ingeniosas leyendas como “aparta tus recetas de mis tetas”. El esperpento de Valle Inclán parecería realismo puro al lado de semejante aquelarre.

Cuando el propietario de una vivienda la alquila, está permitiendo que otros vivan en su casa a cambio de dinero. Lo mismo que el dueño de un restaurante cuando te ofrece un menú del día a cambio de dinero. El propietario, a fin de cuentas, te ofrece un servicio de alojamiento. Ha puesto un bien que es de su propiedad a tu servicio para que tú vivas en él a cambio de una renta. ¿Cuál es el problema?. Es exactamente lo mismo que hace un hotel: te deja usar su habitación a cambio de dinero. Igual que una empresa de alquiler de vehículos: te deja usar sus coches a cambio de dinero… ¿Es necesario poner más ejemplos?

Ha sido la creciente intervención en el mercado del alquiler lo que ha destrozado este mercado. Resulta muy cínico adoptar leyes que hacen imposible ofrecer un bien y luego argumentar que es necesario intervenir aún más en ese mercado ante el desastre que esa intervención ha provocado. Es como si un médico esquizoide recetase a un enfermo de cirrosis que bebiese más alcohol para curarse el hígado. Y lo más sangrante de todo esto es que el objetivo del Gobierno para tomar todas estas medidas era “garantizar el acceso a la vivienda” y la consecuencia ha sido el precio de los alquileres disparado como nunca antes en España. Una vez más, la izquierda recurre a su estrategia trilera de confundir intenciones con resultados.

tracking