La cifra supera a los peores años de la guerra contra los barones del narcotráfico.
La cifra es alarmante. Y ratifica, un vez más, que México es uno de los países más sangrientos no solo de América Latina, sino también del mundo. La segunda economía de la región, en 2017, registró, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 25,339 homicidios dolosos; esto es, 70 personas por día.
Según el diario español El País, el año más mortífero para México había sido en 2011, año en que se contaron 16,866, unos 46 al día. Cinco años antes, el país lanzó una guerra contra los barones de la droga. El derramamiento de sangre por esta problemática no tiene parangón.
Según The Guardian, la lucha entre el Estado y los narcos ha costado más de 50,000 millones de euros en seguridad y defensa entre 2007 y 2016. Pero los costes humanos han sido más devastadores: casi 200,000 personas asesinadas y más de 28,000 desaparecidos en el mismo interregno.
El nivel de violencia en las ciudades y estados de México es preocupante. The New York Times señala que en lugares como Chihuahua, Durango y Sinaloa, los ciudadanos tienen que huir de sus comunidades por las amenazas de los sicarios. Ni los focos turísticos están a salvo: el número de asesinatos en Cancún ha pasado de 86 homicidios en 2016 a 220 en 2017.
La seguridad ciudadana sigue siendo uno de los grandes retos de esta parte del continente americano. De acuerdo con datos divulgados de la organización no gubernamental Fórum Brasileño de Seguridad Pública, en Brasil, la primera potencia de América Latina, en 2016 registró un récord de 61,619 homicidios; vale decir, un promedio de 171 personas por día.
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