El vuelo 2216 de Jeju Air, procedente de Bangkok, se estrelló con 181 personas a bordo al aterrizar en el aeropuerto de Muan, a unos 290 kilómetros de Seúl, capital de Corea del Sur.
El Ministerio de Transporte surcoreano informó este miércoles de que se extrajeron los datos de una de las cajas negras, la que corresponde a las grabaciones en cabina del avión siniestrado en Corea del Sur el pasado domingo y que se están transformando ya esos datos en voz.
La información extraída comenzará a convertirse en archivos sonoros a partir de hoy, explicó un portavoz del Ministerio de Territorio, Infraestructura y Transporte surcoreano en una rueda de prensa.
Los datos extraídos corresponden a la grabadora de voz en cabina (CVR por sus siglas en inglés), que se halló en buen estado entre los restos del avión.
En cambio, la otra caja negra, la grabadora de datos de vuelo (FDR), ha sufrido algunos daños, por lo que extraer los datos podría llevar meses, según adelantaron en su momento las autoridades surcoreanas.
El domingo, el vuelo 7C2216, un Boeing 737-800 de la bajo coste surcoreana Jeju Air, estalló tras aterrizar sin el tren de aterrizaje desplegado y estrellarse contra un muro fuera de pista en el aeropuerto de Muan.
El accidente se saldó con 179 muertos y solo dos sobrevivientes, lo que supone el peor siniestro de la aviación civil ocurrido jamás en suelo surcoreano y el peor de todo 2024 a nivel global.
Los datos de las cajas negras serán clave en la investigación de un suceso aún lleno de incógnitas, empezando por la posibilidad de que fuera el impacto de un ave el que originara la tragedia.
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Minutos antes de tocar tierra, la torre de control emitió una alerta por proximidad de aves a la aeronave, y poco después el piloto activó una alerta de socorro y procedió a realizar un aterrizaje de emergencia sin activar aparentemente ningún de los mecanismos de frenado del avión, que acabó chocando con una estructura de cemento.
Esa estructura albergaba una antena del Sistema de Aterrizaje Instrumental (ILS), fundamental para que el piloto pueda alinear horizontalmente el avión con la pista antes de posar el aparato, y centró ayer las investigaciones sobre el terreno del accidente, a las que se han unido dos miembros adicionales de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) estadounidense.
Se cree que el impacto contra la estructura fue una razón determinante para que la mortalidad del accidente fuera tan elevada.
En total son cinco los integrantes del NTSB y otros cuatro representantes del fabricante Boeing los que se han unido a 11 funcionarios de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación y Ferrocarril surcoreana para analizar el suceso sobre el terreno.
Las normas de la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO) establecen que el país donde sucede el accidente debe iniciar la investigación y que los países con actores involucrados, como el operador de la aeronave y el fabricante de la misma, tienen derecho a participar en las pesquisas, al igual que aquellas naciones con víctimas en el siniestro.
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