Oliver Fricker, que se declaró culpable de vandalismo, fue condenado también a siete meses de prisión.
Un tribunal de Singapur elevó a siete meses de cárcel y tres azotes la condena a un ciudadano suizo de 32 años, por pintar un grafiti en un vagón del metro, informó la prensa local.
Oliver Fricker, que se declaró culpable de vandalismo y entrar ilegalmente a la estación, fue condenado a cinco meses de prisión y tres azotes el pasado junio, pero la sentencia fue recurrida por su abogado y la Fiscalía.
El británico Lloyd Dane Alexander también participó en la gamberrada, pero logró salir del país antes de ser detenido.
Los hechos ocurrieron la madrugada del pasado 17 de mayo, cuando los dos extranjeros firmaron como "McKoy" y "Banos" en un hasta entonces impoluto vagón del moderno metro de Singapur, territorio famoso por su limpieza.
Fricker, que trabajaba como informático en una empresa multinacional, estaba a punto de regresar a Suiza cuando fue arrestado por la Policía singapuresa, que le identificó por las imágenes grabadas por las cámaras de vigilancia.
La legislación singapuresa castiga los delitos de vandalismo con una pena máxima de tres años de prisión, una multa de hasta 2.000 dólares locales (1.435 dólares estadounidenses) y entre tres y ocho latigazos.
En las últimas semanas, la prensa local ha difundido informaciones sobre los antecedentes penales de Fricker en su país natal, donde fue condenado a dos años de libertad condicional y a una multa de 3.000 francos suizos (unos 2.800 dólares o 2.200 euros) por actos de vandalismo cometidos entre 2008 y 2009.
En 1994, un estadounidense de 18 años recibió seis azotes por romper retrovisores de coches cuando iba ebrio, un caso que provocó una crisis diplomática con Estados Unidos e incluso la intercesión del presidente Bill Clinton, pero las autoridades mantuvieron la pena.
Brunei, Malasia y Singapur todavía aplican a algunos delincuentes el castigo corporal con un látigo de ratán, una herencia de cuando los tres territorios fueron parte del Imperio Británico.
En la Ciudad-estado, la pena mínima es de seis azotes y la máxima de 24.
EFE
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