Hospital sostiene que no hubo negligencia y que se advirtió a la pareja de que no se utilizaría el esperma del marido por baja calidad.
Una pareja israelí presentó una demanda de casi cuatro millones de euros contra el Estado y un hospital de la zona de Tel Aviv en el que, por aparente negligencia, fecundaron los óvulos de la mujer con el esperma de un desconocido en lugar del de su marido.
Los hechos, constatados en una demanda presentada ante el Tribunal de Distrito de Tel Aviv, ocurrieron hace unos siete años, cuando después de superar el marido un cáncer en los testículos la pareja decidió hacer uso del esperma que habían congelado antes de la quimioterapia, informa hoy el diario Yediot Aharonot.
El hospital procedió a la fecundación y del embarazo nacieron gemelos.
Transcurridos dos años, la pareja decidió aumentar la familia y preguntó al hospital si el esperma que quedaba congelado era aún utilizable, a lo que le respondieron que estaba todo intacto y que nunca fue usado.
"Sostuve el teléfono largos minutos después de cortar y durante dos semanas en las que no pude ni dormir me armé de valor... y le conté a mi marido que los gemelos no eran sus hijos biológicos", dice la mujer al diario.
La pareja, que pide 18,5 millones de shékels (3,8 millones de euros) por daños y perjuicios, asegura que en un encuentro con médicos del hospital les reconocieron el error y les dijeron que habían empleado una donación anónima que tenían de reserva para el caso de que el esperma del marido no fuera útil.
El hospital sostiene que no hubo negligencia y que se advirtió a la pareja de que no se utilizaría el esperma del marido por baja calidad.
EFE
Los hechos, constatados en una demanda presentada ante el Tribunal de Distrito de Tel Aviv, ocurrieron hace unos siete años, cuando después de superar el marido un cáncer en los testículos la pareja decidió hacer uso del esperma que habían congelado antes de la quimioterapia, informa hoy el diario Yediot Aharonot.
El hospital procedió a la fecundación y del embarazo nacieron gemelos.
Transcurridos dos años, la pareja decidió aumentar la familia y preguntó al hospital si el esperma que quedaba congelado era aún utilizable, a lo que le respondieron que estaba todo intacto y que nunca fue usado.
"Sostuve el teléfono largos minutos después de cortar y durante dos semanas en las que no pude ni dormir me armé de valor... y le conté a mi marido que los gemelos no eran sus hijos biológicos", dice la mujer al diario.
La pareja, que pide 18,5 millones de shékels (3,8 millones de euros) por daños y perjuicios, asegura que en un encuentro con médicos del hospital les reconocieron el error y les dijeron que habían empleado una donación anónima que tenían de reserva para el caso de que el esperma del marido no fuera útil.
El hospital sostiene que no hubo negligencia y que se advirtió a la pareja de que no se utilizaría el esperma del marido por baja calidad.
EFE
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