La administración de Nicolás Maduro califica de ilegal y violatoria de derechos humanos la deportación de más de 200 venezolanos sindicados como miembros del Tren de Aragua a El Salvador bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de Donald Trump.
El régimen de Nicolás Maduro denunció este lunes como un "vulgar secuestro" el traslado de más de 200 venezolanos desde Estados Unidos a El Salvador, realizado el domingo bajo la Ley de Enemigos Extranjeros invocada por el presidente Donald Trump.
De acuerdo al secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, los venezolanos llevados a El Salvador pertenecen a la organización criminal transnacional del Tren de Aragua.
El jefe negociador del gobierno de Maduro, Jorge Rodríguez, aseguró que los venezolanos trasladados a El Salvador no han cometido delitos en ese país ni se les ha demostrado culpabilidad en Estados Unidos.
"Se les ha negado el derecho al debido proceso", afirmó Rodríguez en una conferencia de prensa, calificando la medida como una "proclama infame" que vulnera la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Rodríguez también criticó duramente la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, utilizada por Trump para justificar la deportación, describiéndola como "anacrónica" y "bárbara".
Según el representante chavista, la decisión afecta incluso a menores de 14 años, quienes habrían sido "secuestrados" sin acceso a un juicio o defensa legal.
Además, comparó las imágenes de los migrantes en El Salvador con el trato a esclavos africanos durante la época colonial, denunciando condiciones inhumanas.
El sábado, Estados Unidos expulsó a 261 migrantes en dos vuelos desde Texas hacia El Salvador y Honduras. De estos, 137 venezolanos fueron deportados bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, mientras que otros 101 lo fueron bajo el Título 8 de procedimientos migratorios regulares.
La respuesta de Estados Unidos
Por su parte, la Casa Blanca defendió la operación, asegurando que los venezolanos deportados son miembros de la banda criminal Tren de Aragua.
La portavoz Karoline Leavitt afirmó en una rueda de prensa que la decisión se basó en "información de inteligencia" recopilada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), el ICE y el Departamento de Seguridad Nacional.
"No tenemos dudas de sus identidades ni de la amenaza que representan", señaló.
El sábado, Estados Unidos expulsó a 261 migrantes en dos vuelos desde Texas hacia El Salvador y Honduras. De estos, 137 venezolanos fueron deportados bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, mientras que otros 101 lo fueron bajo el Título 8 de procedimientos migratorios regulares.
Los 23 restantes, identificados como salvadoreños vinculados a la Mara Salvatrucha (MS-13), fueron enviados a El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele los recibió para su encarcelamiento en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT).
El Salvador como destino de deportados
El traslado a El Salvador se concretó gracias a un acuerdo entre los gobiernos de Trump y Bukele, quien se ha ofrecido a encarcelar a presuntos criminales extranjeros.
Leavitt destacó que Bukele expresó "particular gratitud" por el retorno de los salvadoreños, algunos de ellos señalados como líderes de pandillas con delitos graves.
A pesar de la oposición legal, con un juez federal bloqueando la invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros el sábado, los vuelos ya habían despegado, según la Casa Blanca, lo que imposibilitó su regreso inmediato.
Por su parte, este lunes, el chavismo advirtió que no descansará hasta rescatar a los venezolanos traslados a El Salvador y anunció que emitirá una alerta para que sus connacionales eviten viajar a EE.UU, porque "no es un país seguro".
"No vamos a descansar hasta que los regresemos, no vamos a descansar hasta que rescatemos a los secuestrados en El Salvador", manifestó Jorge Rodríguez.
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