El primero fue Oumuamua, cuyo descubrimiento supuso la confirmación de que el espacio entre estrellas pudiera estar poblado de cuerpos como cometas o asteroides, que son expulsados de sus sistemas planetarios y llegan a nuestro vecindario solar.
El primero fue Oumuamua, descubierto hace dos años, y ahora los astrónomos localizaron a Borisov, un nuevo objeto que llega desde más allá del Sistema Solar, aunque su características son, hasta ahora, sorprendentemente familiares para los astrónomos, según un estudio que publica este lunes Nature.
Los expertos especularon durante décadas con la posibilidad de que el espacio entre estrellas pudiera estar poblado de cuerpos como cometas o asteroides, que son expulsados de sus sistemas planetarios, los cuales pueden pasar ocasionalmente por nuestro Sistema Solar.
El descubrimiento de Oumuamua supuso la confirmación de esa teoría, aunque aún hay mucho que saber sobre este objeto con características tanto de cometa como de asteroide y que algunos llegaron a considerar que podía tener algo que ver con una nave extraterrestre.
Borisov no tiene unas características tan extrañas como Oumuamua, de hecho, los firmantes del artículo vieron que por sus características se trata de un cometa interestelar, algo que no se había visto nunca.
Gracias al trabajo de detección de un equipo de la Universidad polaca de Jagiellonian University se encontró este segundo objeto llegado de fuera de nuestro vecindario solar, cuyas primeras imágenes se tomaron con el telescopio William Herschel de la localidad española de La Palma.
Viajero intergaláctico con cola
Los expertos habían creado un programa de ordenador llamado "triturador interestelar" con la misión de revisar los datos en línea sobre cometas y asteroides recién encontrados para determinar si alguno podía ser un huésped de fuera de nuestra estrella.
Finalmente, el pasado ocho de septiembre el programa emitió una "alerta roja" ante un posible objeto exosolar. "Realmente esperábamos recibir ese mensaje un día, pero no sabíamos cuándo", recuerda en un comunicado de la Universidad Piort Guzik, director del estudio.
Las imágenes llegadas desde el telescopio ubicado en España como las facilitadas posteriormente por otro en Hawai permitieron obtener la primera visión significativamente importante del nuevo cuerpo.
Los astrónomos pudieron identificar algunas características que les eran familiares y que no habían visto en Oumuamua, por ejemplo que este nuevo visitante intergaláctico tiene cola.
Borisov, como se ha bautizado al cometa, en honor al astrónomo aficionado que lo descubrió, tiene una morfología dominada por el polvo y de color rojizo, con un núcleo sólido de aproximadamente un kilómetro de radio.
"Es realmente genial porque supone que nuestro nuevo visitante es uno de esos míticos y nunca antes vistos cometas interestelares", según Michal Drahus, otro de los firmantes del estudio.
Se trata de una primera aproximación a Borisov, que aún deberá ser sometido a investigaciones mucho más profundas, según va ganando en brillo.
La órbita de este nuevo visitante del espacio exterior hará que pase varios meses a vista de los telescopios "lo que nos hace creer que lo mejor está por venir", según Waclaw Waniak, coautor del estudio.
Para ello ya tiene reservadas horas de observación en el telescopio Gemini Norte de Hawai y en el de largo alcance del Observatorio Europeo Austral (ESO)
"Podemos decir con seguridad -aseguró- que la investigación sobre este cuerpo será transformadora para la astronomía planetaria y un hito para la astronomía en general".
EFE
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