Un informe forense revela detalles del ataque por parte de sicarios que acabó con la vida de la abogada Andrea Vidal, que también está involucrada en una investigación por una presunta red de prostitución en el Congreso.
A casi un mes de la muerte de Andrea Vidal Gómez, extrabajadora del Congreso que fue atacada por sicarios cuando se encontraba viajando en un taxi en La Victoria, un informe de necropsia revela que la joven no habría sido el objetivo principal del ataque en el que también falleció el conductor del vehículo.
El documento al que accedió RPP señala que la joven de 27 años, después de cuya muerte se inició de una investigación por una presunta red de prostitución en el Congreso, falleció producto de una herida por impacto de bala en la cabeza, específicamente en la región parietal derecha.
El protocolo de necropsia revela que los sicarios realizaron hasta 62 disparos en la escena del crimen, de los cuales siete alcanzaron a Vidal, quien además de la herida en la cabeza, presentó dos impactos de proyectil en el tórax, dos en el muslo derecho, uno en la pierna derecha y uno en el pie.
Sin embargo, quien resultó con más heridas por impactos de bala fue el conductor del taxi, el ciudadano venezolano José Daniel Vargas Briceño, de 28 años. De acuerdo con el documento, el hombre recibió 16 impactos de bala, dos en la cabeza, cuatro en el cuello, cinco en el tórax, uno en el abdomen, dos en la pelvis y otros dos en las extremidades superiores.
Hipótesis de forenses
Ante esta escena, los forenses que realizaron el informe observaron que este número, así como la aglutinación de 11 impactos de bala en la zona superior del cuerpo de Vargas Briceño y la trayectoria de los proyectiles, que fueron de arriba hacia abajo, indican la ‘identificación y definición clara del objetivo’.
“Los disparos son efectuados por sicarios desde vehículos en movimiento y que durante la “operación” han debido ubicarse por aproximación en paralelo y procurar el ángulo de disparo de arriba hacia abajo para poder impactar partes del cuerpo donde se ubican órganos vitales (cabeza-cuello-tórax) y lograr el “aseguramiento” que es lo que persigue el sicario”, señala el documento.
Con ello sostienen que la evidencia indica que el conductor, José Daniel Vargas Briceño, era “probablemente el objetivo principal del ataque” debido a la focalización en el parabrisas y lado izquierdo del vehículo, alineado con su posición. Señalan también que la participación de sicarios y la magnitud del ataque coinciden con un ajuste de cuentas por motivos criminales.
Los expertos mencionan como indicador principal de esta hipótesis la trayectoria de los proyectiles, así como el hecho de que el conductor haya recibido 16 impactos de bala, con once dirigidos a la parte superior de su cuerpo, de los cuales dos se dirigieron a su cabeza. Mientras que en el caso de la joven fueron siete los impactos recibidos, de los cuales solo tres fueron a la parte superior de su cuerpo, uno de ellos a su cabeza.
Asimismo, se refieren a la rutina diaria de Andrea Vidal, pues habría tenido que ser parte del reglaje que realizaron los sicarios para seleccionar la oportunidad en la que la víctima ofrece mayor vulnerabilidad. A ello agregan las actividades a las que se dedicaba José Daniel Vargas Briceño desde que ingresó al país, así como sus antecedentes policiales en su país de origen y la visualización de información contenida en su celular.
Actualmente el caso está en manos de la Fiscalía, que deberá considerar las conclusiones del informe forense, a fin de determinar las causas del atentado por el cual falleció Andrea Vidal.
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