Receta revaloriza frutos autóctonos como el aguaymanto, que ya se va ganando un sitio en la cocina peruana.
¿Una crema a la huancaína sin leche y sin queso, pero con aguaymanto? Puede sonar a herejía para muchos sibaritas tradicionalistas, pero para Inés Medrano Yali es una manera de innovar y a la vez revalorizar frutos autóctonos como el aguaymanto, que ya se va ganando un sitio en la cocina peruana.
Esta innovación fue presentada en el anfiteatro que Apega ha levantado en la Feria Gastronómica Mistura frente a cientos de personas, quienes se mostraron sorprendidos primero y entusiasmados después al ver la versatilidad de los productos utilizados por esta chef que presentó también una deliciosa trucha enrollada, esta vez sí con queso de vaca y espinaca.
Inés Medrano Yali es una empresaria nacida en La Oroya, pero residente desde hace muchos años en Huancayo, donde lleva adelante su empresa llamada "Cherry Pastelería Nutritiva", con la cual busca fomentar el consumo de alimentos saludables a través de pasteles coloridos usando insumos regionales. Además cumple una labor social entregando raciones de complemento nutricional a cien niños menos de cinco años de la Escuela Unión Latino.
Sin embargo, su labor como maestra pastelera la complementa muy bien con sus incursiones en la cocina, siendo reconocida por la preparación de su trucha enrollada, justamente el plato que preparó en el anfiteatro de Mistura.
Para preparar su potaje doña Inés utilizó 300 gramos de queso, un kilo de papa amarilla peruanita, un atado de espinaca, medio kilo de ají amarillo, una cebolla, medio kilo de bagazo de soya, un cuarto de litro de extracto de soya, 100 gramos de aguaymanto, 20 mililitros de aceite, cien gramos de galletas de soda, así como sal, comino, pimienta al gusto.
TRUCHA ENROLLADA
Para preparar la trucha la chef utilizó seis truchas medianas y procedió a sacarle las escamas, cabeza, cola, aletas y todas las espinas. A la carne obtenida le agregó pimienta y comino al gusto y sobre ella colocó hojas de espinaca y queso para luego enrollar y fijar con palitos mondadientes.
Mientras la trucha iba al horno, envuelta en papel aluminio, se procedió a poner las papas al fuego para que se sancochen. Asimismo, se le quitó las venas al ají amarillo y se sofrió con cebolla cortada por cinco minutos. El aguaymanto, mientras tanto, fue llevado al fuego durante cinco minutos.
Luego el ají amarillo fue molido en batán para luego ser licuado junto con el aguaymanto, la galleta de soda, el bagazo de soya y la cebolla. A esto se le agregó la soya líquida. Así se obtenía la crema huancaína.
Para el momento de servir se utilizó hojas de lechuga, la papa amarilla, dos unidades de aguaymanto, y como guarnición una ensalada de zanahoria y beterraga.
Andina
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