El padre de la niña de 10 años, Mario Vargas, quien lleva más de cinco meses detenido en una prisión del estado de Alabama a la espera de ser deportado a México.
Una niña, hija de mexicanos residentes en Estados Unidos, saltó la valla que separa al público en el Vaticano y se acercó raudamente al papa Francisco para pedirle que pida al presidente Barack Obama que ordene parar las deportaciones en la nación norteamericana.
Lola Vargas ve en el acercamiento que su hija, Jersey Vargas, tuvo el miércoles con el sumo pontífice en la Santa Sede como "una luz de esperanza".
La niña de Panorama City, que acompaña a un grupo de activistas proinmigrantes en Roma, contó que máximo jerarca de la Iglesia Católica la persignó, le dio un beso en la frente y le dijo que va a hablar con el presidente Obama de ella. “Me siento muy contenta porque me dio su palabra y eso me conforma”, compartió la niña vía telefónica desde Roma.
Jersey, de 10 años, alumna de cuarto grado en la Noble Elementary, se ha convertido en un orgullo por aventurarse a pedir ayuda del mismo Pontífice para que su papá, Mario Vargas, quien lleva más de cinco meses detenido en una prisión del estado de Alabama no sea deportado a México.
Obama tenía programada una reunión con el papa Francisco el día este jueves, y un grupo de activistas proinmigrantes viajó la semana pasada al Vaticano para conseguir que el Papa urgiera al Presidente a parar las deportaciones.
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