El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció un acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) que otorga a la Policía de Carreteras de Florida (FHP, por sus siglas en inglés) facultades ampliadas para colaborar en la aplicación de leyes migratorias federales.
De esta forma, Florida se convierte así en el segundo estado en integrar completamente a sus fuerzas estatales en operaciones de control migratorio interior, luego de Texas. El acuerdo permite a los patrulleros del estado ecibir capacitación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), interrogar a personas sospechosas, detenerlas y coordinar su procesamiento para deportación.
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Consecencias en los inmigrantes de Florida
“Este es el momento decisivo para poner fin a la crisis de inmigración ilegal en este país”, declaró DeSantis durante una conferencia de prensa en el Capitolio estatal. Además, añadió que esta colaboración es fundamental para facilitar la implementación del programa de deportaciones masivas prometido por el presidente Donald Trump durante su campaña.
El gobernador también subrayó que la medida tiene como objetivo disuadir la inmigración irregular al enviar un mensaje claro sobre el endurecimiento de las políticas migratorias en Florida. Según DeSantis, la presencia activa de fuerzas estatales en el control migratorio interior contribuirá a reducir la carga de trabajo de las autoridades federales, permitiendo una respuesta más rápida y efectiva.
Asimismo, el acuerdo contempla la posibilidad de que otras agencias estatales, como el Departamento de Seguridad Pública de Florida (FLHSMV, por su siglas en inglés) y la Guardia Nacional de Florida, participen en operativos inmigratorios si se considera necesario.
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