En 1729, Francia estaba sumida en una grave crisis económica. Para llenar las arcas del Estado, el ministro de finanzas Michel Robert Le Pelletier-Desforts ideó un sorteo ligado a la compra de bonos de la Corona. Los poseedores de estos bonos podían comprar billetes de lotería y optar a un premio de 500 mil libras, una cifra colosal en ese entonces.
La lotería destinada a fallar
Sin embargo, el sistema de la lotería presentaba tres errores fundamentales que, lejos de aumentar los ingresos del Estado, ofrecía una oportunidad única a quienes fueran lo suficientemente inteligentes como para ver las fallas.
En primer lugar, el número de boletos que se recibía era el mismo, sin importar si el bono valía mil o 100 mil libras. Además, el premio era fijo, lo que significaba que los poseedores de bonos más modestos tenían las mismas posibilidades de ganar que los más ricos. Por si fuera poco, los bonos más caros implicaban un coste mayor para obtener el mismo número de boletos. En resumen, era mucho más rentable comprar muchos bonos pequeños, un truco que no pasó desapercibido para Voltaire y La Condamine.
Créditos del video: Youtube | Mitos y mentes
Te recomendamos
El plan maestro
Fue durante una cena que el matemático Charles Marie de La Condamine compartió su brillante observación con Voltaire: aprovechar los fallos de la lotería para multiplicar sus posibilidades de éxito. Juntos, organizaron un grupo de once personas que adquirió una cantidad masiva de los bonos más baratos disponibles, acumulando así una gran cantidad de boletos. Aunque no podían garantizar el éxito absoluto, sus probabilidades de ganar eran inmensamente superiores a las del resto de participantes.
Los resultados no tardaron en llegar, y en varias ocasiones, la red organizada por los dos genios resultó ganadora. Sin embargo, la extravagancia de Voltaire, quien no pudo resistir la tentación de escribir frases burlonas en los boletos, como "Larga vida a monsieur Pelletier-Desforts", comenzó a levantar sospechas. Las autoridades pronto descubrieron el plan y llevaron a juicio a los trece miembros del grupo. No obstante, la ley estaba de su lado: no habían hecho nada ilegal, solo siguieron las reglas al pie de la letra.
Después de ganar varias veces y llevarse una suma total cercana a los 500 mil libras por cabeza, el grupo de Voltaire y La Condamine vio cómo la lotería fue eliminada por el Estado. Sin embargo, la fortuna que amasaron les permitió disfrutar de una vida de comodidad y, en el caso de La Condamine, financiar una expedición científica que cambiaría la comprensión del mundo.